Todos y cada uno de nosotros, de una u otra manera, comenzamos un viaje. Unos, porque sienten la necesidad de romper con la monotonía de su día a día; otros porque valoran el encuentro con otra cultura y sienten que es la única oportunidad de ser ellos mismos sin ataduras y libres para decidir qué desean hacer en cada momento. Otros, desean conocer diferentes lugares que les permitan ser más tolerantes y valorar lo esencial que la vida puede ofrecer. Pero sin duda lo que todos tienen en común, es la pura necesidad de compartir, de descubrir y descubrirse en un nuevo entorno completamente desconocido, pues a veces esta es la única forma de saber quíenes somos realmente y de eliminar creencias limitadoras.